May 13 2021
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Jesús estableció la Iglesia Católica para evangelizar, y nos encarga hacer discípulos de todas las naciones, bautizarlos, enseñandoles todo lo que nos manda y confiar en que Él está siempre con nosotros. Vivir esta Gran Comisión de Jesús es tanto personal como comunitario. Cada uno de nosotros está llamado personalmente no solo a dar testimonio de nuestra fe, sino también a acompañar a otros en la fe. Cada una de nuestras parroquias, familias, escuelas y ministerios tienen la misma misión, y ésta debe fomentarse cada vez que la comunidad se reúne.
Nosotros, como Iglesia, tenemos profundas creencias, tradiciones y rituales impresionantes que se han extendido a lo largo de los siglos. Parte del desafío para nosotros como católicos de hoy en día es cómo revelar al mundo nuestra fe y amor por Jesucristo y su presencia con nosotros. La cultura secular no solo desalienta, sino que a menudo es hostil a los creyentes. Nuestra tradición de "testimonio sin palabras" ya no es eficaz en el mundo de hoy. La cultura actual en nuestras parroquias, familias, escuelas y ministerios debe cambiar para ser eficaz en el seguimiento de la Gran Comisión de Jesús.
Muchos no sabemos cómo compartir nuestra fe con los demás. Cada uno de nosotros debe comenzar por desarrollar una relación personal con Jesucristo. Todos, comenzando con los liderez de nuestras comunidades, necesitan ser capacitados para ser agentes de discípulos que abrazan la clara misión de Jesús de fomentar el discipulado, el acompañamiento y formación de agentes de discípulos.
Creo que nuestras parroquias, familias, escuelas y ministerios pueden hacer este cambio de metodología para responder a la Gran Comisión de Jesús. Significará que todos, individualmente y como Iglesia, nos comprometemos con esta misión. El siguiente mensaje pastoral da las bases de cómo haremos este cambio juntos. El Papa San Pablo VI, el Papa San Juan Pablo II, el Papa Benedicto y el Papa Francisco, todos nos han llamado a seguir la Gran Comisión de Jesús. Es hora de que escuchemos el llamado y “hagamos discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado a ustedes”. (Mateo 28: 19b-20a)
Sinceramente suyo en Cristo,
Reverendísimo Louis F. Kihneman, III
Obispo de Biloxi